Una de las principales causas de que los empresarios se resistan a planificar la sucesión de su empresa es que no tengan en mente un sucesor claro, alguien con posibilidades de garantizar la continuidad de la empresa. Muchos de los clientes a quienes ayudamos a planificar la sucesión de su negocio familiar desde nuestra asesoría de empresas nos preguntan: ¿Qué características y aptitudes debo buscar en el sucesor de mi empresa?
En la empresa familiar siempre suele optarse por un miembro de la familia, especialmente alguno de los hijos, pero el empresario debe tener muy clara una cosa: pensar en la familia antes que en la empresa puede ser un grave error con consecuencias que pueden derivar incluso en el cierre de la misma, lo que finalmente sería mucho peor para la familia en su totalidad.
Por tanto, nuestra recomendación siempre es perfilar primero cómo debería ser el sucesor ideal. Esto es definir cuál es el perfil que queremos para el sucesor de nuestra empresa y a partir de ahí, valorar a los candidatos. Nunca debe hacerse al revés, pues no seremos objetivos en nuestra elección.
Si alguno de los hijos tiene ese perfil idóneo, perfecto, pero si no lo tiene, el futuro gestor deberá buscarse fuera del núcleo familiar. Los hijos no siempre son tan parecidos a los padres como nos pensamos, aunque debemos tener en cuenta que el periodo de preparación y formación del sucesor que hemos contemplado en nuestro plan de sucesión será acorde, es decir, que no debemos pretender que nuestro sucesor lo sepa TODO acerca de la empresa, sino más bien, que sea capaz de aprenderlo y de adquirir las aptitudes que todavía no tenga.
Un ejemplo que siempre ayuda a aclarar esa cuestión es el siguiente: Manolo acudió desde pequeño a ayudar a su padre en el bar que éste había montado 30 años atrás cuando salía de la escuela. Conforme fue creciendo, su responsabilidad fue aumentando progresivamente y terminó heredando el negocio: un bar en el que conocía a los clientes, a los proveedores, a los empleados, sabía y conocía bien el negocio. El bar funcionaba bien y Manolo pudo permitirle a su hijo centrarse en sus estudios. Cuando terminó el colegio, en vez de trabajar en el bar, se licenció en Administración y Dirección de Empresas y realizó un MBA en una prestigiosa universidad, efectuó prácticas en varias empresas grandes y aprendió varios idiomas. Nunca ha trabajado en el bar, pero ahora va a heredar la gestión del mismo. ¿Crees que su perfil es el indicado o que sería más apropiado que Manolo buscase otro sucesor para controlar la gestión de su negocio?
Es un error pensar que el candidato mejor formado será el mejor sucesor únicamente porque tenga más estudios que otros candidatos. Los requisitos que debe cumplir la persona que tome el relevo generacional siempre dependen de cuál sea nuestra empresa. Lo que sí debemos buscar es el candidato más preparado para ella, que comparta la misma visión y valores que el fundador y que tenga los conocimientos y las aptitudes necesarias para mantenerla y hacerla crecer, ya que la entidad no tendrá las mismas necesidades en el momento de su creación que treinta años después.
Si necesita ayuda con la planificación de la sucesión de su empresa familiar, póngase en contacto con nosotros a través de info@ramon-asociados.com o en nuestra página web www.ramon-asociados.com